Autor: Iván Restrepo R.
La semana anterior, conversando con unos colegas hoteleros en la Isla Margarita en Venezuela, pude constatar la imagen que tiene hoy en día el Eje Cafetero colombiano, y principalmente el Quindío, entre los residentes extranjeros; ya es conocida la frase de “segundo destino turístico de Colombia”.Haciendo un balance de lo que tenemos para ofrecer, la oferta es variada, atractiva y muy novedosa. El destino se percibe como producto turístico exótico; me llamó mucho la atención la buena imagen y recordación que tiene el concepto de las opciones de alojamiento en las fincas cafeteras, y en especial el contraste de la temperatura, en la que se pasa de frío a calor en tan corta distancia, (esto último es muy importante destacarlo, pues no hay muchas opciones en el mundo turístico en donde se puede alternar climas con tanta facilidad; (de Cocora con 14 grados, a Quimbaya en una tarde de sol con 32 grados, son solo 50 minutos en carro).
Los residentes de destinos Caribe como Margarita, están destinados a soportar las altas temperaturas los 365 del año; esta razón es la que hace que los destinos de turismo rural sean altamente atractivos para ellos; la región de Mérida en Venezuela, casi en los límites con Colombia es ideal para los residentes del triángulo ABC (Aruba, Bonaire y Curacao) por el contraste que ofrece en la temperatura promedio y por tener montañas en su territorio, entre ellos el pico nevado Simón Bolívar. En la medida que más atractivos se van agregando al producto Quindío, mayor es el grado de aceptación entre los turistas con potencial para visitarnos; sumemos entonces a lo ya existente nuevas opciones, y hablemos y escribamos sobre:
Armenia, ciudad capital, diversión en la noche, la múltiple oferta gastronómica, las compras, el centro de congresos y convenciones, el magnífico Museo Quimbaya.
Calarcá: turismo cultural, Encuentro Nacional de Escritores cada junio, la oferta de turismo de aventura, parapentismo, la escalada de roca en Peñas Blancas, las caminatas por los caminos de montaña con caídas de agua, los ríos para vadear, la flora y la fauna para observar, el patrimonio arquitectónico de algunas de sus casas, el ser sitio obligado de paso de la Colombia que se mueve por las carreteras
Pijao: “Citta Slow” (Ciudad lenta), enmarcada en esta tendencia de turismo diferente, que cada día tiene más adeptos en el mundo convulsionado de las grandes capitales tanto a nivel nacional como internacional.
Salento: la puerta de entrada al Parque Nacional de los Nevados, el valle de Cocora, la belleza de su arquitectura Neo Colonización Antioqueña.
Filandia: pueblo hermoso, arquitectura para disfrutar, artesanías de gran calidad,
Quimbaya: la Navidad, el paisaje, Panaca, los alojamientos rurales de primer nivel; valdría la pena que el casco urbano, con toda su oferta para los turistas, se beneficiara más de la masiva corriente de paso hacia Panaca, mediante la creación de un corredor turístico.
Montenegro: tiene una situación similar a Quimbaya, alta influencia del Parque del Café que debe aprovecharse para potenciar otros atractivos.
La Tebaida: la tierra caliente, espectacular paisaje hacia el Valle y la cordillera, hermosos hoteles y fincas/alojamientos de primer nivel.
Buenavista: está comenzando a escucharse mucho a través de sus cafés especiales, el teleférico que ojalá arranque operaciones pronto y la idea de hacer de este un parque temático completo.
Circasia: destino de paso, podría también aprovechar el estar al borde de una vía principal y potenciar los atractivos que puede mostrar, como el Cementerio Libre.
Córdoba y Génova: pueblos cordilleranos que también podrían emular lo que está haciendo Pijao con el tema de “Citta Slow”, entre otros atractivos que podrían explotarse por su condición montañosa. En conclusión: tenemos mucho para mostrar y para contar.
Hasta la próxima,
ivanres49@hotmail.com
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