La semana pasada, escuche con agrado la noticia de que el gobierno del Brasil decidió eximir a los ciudadanos colombianos
del requisito del pasaporte y de la vacuna para ingresar a su territorio; esta medida cobija tanto a los turistas como a los viajeros de negocios. A esta magnífica decisión hay que agregar el hecho de que, en el pasado, no era necesario obtener una visa de ingreso, por lo tanto, esto es noticia muy grata para todos nosotros; así que, sólo la cédula de ciudadanía y ¡Bemvindo a Brasil!
Para todos los colombianos esta grata decisión tiene una connotación muy especial, pues somos parte de ese reducido grupo de países del mundo a los que a sus nacionales les piden cuanto documento hay para emitirles una visa de ingreso a los demás países, hasta para una visa de tránsito por varios de estos países es prerrequisito contar con el aval, so pena de no poder estar en su territorio, así sea de tránsito hacia un destino final.
Recientemente, y a raíz de los incidentes acaecidos en el Ecuador, el gobierno de este país decidió hacer el trámite de ingreso más dificultoso, exigiendo a los colombianos el pasado judicial debidamente apostillado, con todas las molestias que esto conlleva; estoy seguro que a raíz de todos los trámites que exigen nuestros vecinos de la hermana República Bolivariana de Venezuela y del Ecuador, los brasileños se han puesto las pilas para hacer más expedito el viaje de una corriente turística interesante como la colombiana, con un mercado importante de viajeros al exterior. Es que ellos sí saben de estos principios básicos de mercadeo: aprovechar las oportunidades actuales.
Por razones de trabajo, siempre me ha tocado viajar con mi pasaporte colombiano; son muchas las situaciones que he tenido que enfrentar con mucha resignación y paciencia basado siempre en la premisa de que “el que nada debe nada teme”
En Milán Italia, hace unos años atrás me tocó destape completo; en Madrid, en varios viajes hacer cola especial, reservada exclusivamente para los pasajeros provenientes de latinoamérica y que solemos llegar en las horas de la madrugada a Barajas, con una cara de trasnochados que ni la mejor mamá del mundo soporta.
Dentro de la lista de países en donde mejor he sido recibido al momento de la inmigración están: Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Panamá. No causa ninguna prevención el hecho de ser colombiano, al contrario, “Bienvenido y disfrute su estadía entre nosotros”.
Todo esto sucede dentro del mundo globalizado actual; que bueno será el mundo el día que no existan estas fronteras llenas de papeles y documentos, que bueno, que siguiendo el ejemplo del Brasil, los colombianos podamos viajar a donde se nos antoje con nuestra CC.
La anécdota: cierto día entrando a USA vía Miami, cuando entregué los documentos de ingreso incluido el formulario, noté cierto revuelo cuando la agente de inmigración leía mi formulario, llamó como a cuatro colegas suyos de los mostradores vecinos, y a oídos de todos los de las colas de pasajeros ingresando dijo: así es como se debe de llenar este formulario, y lo mostraba a manos al aire, luego, me pidió permiso para fotocopiarlo y distribuirlo entre sus colegas; me felicitó por la letra y me estampó el pasaporte con muchos días de permiso y el consabido Welcome to USA, es que la letra con tinta, encanta.
del requisito del pasaporte y de la vacuna para ingresar a su territorio; esta medida cobija tanto a los turistas como a los viajeros de negocios. A esta magnífica decisión hay que agregar el hecho de que, en el pasado, no era necesario obtener una visa de ingreso, por lo tanto, esto es noticia muy grata para todos nosotros; así que, sólo la cédula de ciudadanía y ¡Bemvindo a Brasil!
Para todos los colombianos esta grata decisión tiene una connotación muy especial, pues somos parte de ese reducido grupo de países del mundo a los que a sus nacionales les piden cuanto documento hay para emitirles una visa de ingreso a los demás países, hasta para una visa de tránsito por varios de estos países es prerrequisito contar con el aval, so pena de no poder estar en su territorio, así sea de tránsito hacia un destino final.
Recientemente, y a raíz de los incidentes acaecidos en el Ecuador, el gobierno de este país decidió hacer el trámite de ingreso más dificultoso, exigiendo a los colombianos el pasado judicial debidamente apostillado, con todas las molestias que esto conlleva; estoy seguro que a raíz de todos los trámites que exigen nuestros vecinos de la hermana República Bolivariana de Venezuela y del Ecuador, los brasileños se han puesto las pilas para hacer más expedito el viaje de una corriente turística interesante como la colombiana, con un mercado importante de viajeros al exterior. Es que ellos sí saben de estos principios básicos de mercadeo: aprovechar las oportunidades actuales.
Por razones de trabajo, siempre me ha tocado viajar con mi pasaporte colombiano; son muchas las situaciones que he tenido que enfrentar con mucha resignación y paciencia basado siempre en la premisa de que “el que nada debe nada teme”
En Milán Italia, hace unos años atrás me tocó destape completo; en Madrid, en varios viajes hacer cola especial, reservada exclusivamente para los pasajeros provenientes de latinoamérica y que solemos llegar en las horas de la madrugada a Barajas, con una cara de trasnochados que ni la mejor mamá del mundo soporta.
Dentro de la lista de países en donde mejor he sido recibido al momento de la inmigración están: Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Panamá. No causa ninguna prevención el hecho de ser colombiano, al contrario, “Bienvenido y disfrute su estadía entre nosotros”.
Todo esto sucede dentro del mundo globalizado actual; que bueno será el mundo el día que no existan estas fronteras llenas de papeles y documentos, que bueno, que siguiendo el ejemplo del Brasil, los colombianos podamos viajar a donde se nos antoje con nuestra CC.
La anécdota: cierto día entrando a USA vía Miami, cuando entregué los documentos de ingreso incluido el formulario, noté cierto revuelo cuando la agente de inmigración leía mi formulario, llamó como a cuatro colegas suyos de los mostradores vecinos, y a oídos de todos los de las colas de pasajeros ingresando dijo: así es como se debe de llenar este formulario, y lo mostraba a manos al aire, luego, me pidió permiso para fotocopiarlo y distribuirlo entre sus colegas; me felicitó por la letra y me estampó el pasaporte con muchos días de permiso y el consabido Welcome to USA, es que la letra con tinta, encanta.
Hasta la próxima,
www.hoteleriayturismo.blogspot.com
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