La Línea y el ciclismo recreativo

Tomado de la Cronica del Quindío www.cronicadelquindio.com Julio 14 2009

La Línea siempre ha sido un motivo para escribir sobre temas que tienen que ver con el turismo, entre otras, por ser ésta, parte de la vía Bogotá – Cali, y en los últimos años, por ser la que está siendo reconocida a nivel mediático a partir de la obra del túnel, el cual acercará mas el Quindío con el resto del país e incluso a Venezuela.

Hay, además de estas dos características importantes de la carretera, una tercera que puede ser muy tenida en cuenta a la hora de pensarnos como destino turístico. Para todos aquellos que vivimos la infancia en el Quindío, en mi caso en Calarcá, la Vuelta a Colombia marcó una etapa en nuestras vidas. Recuerdo que la mayoría de los establecimientos educativos daba el día libre a los estudiantes para poder disfrutar de lo que tal vez llegó a ser el momento más divertido y esperado anualmente; le hacíamos seguimiento a la carrera entre la libretica en donde apuntábamos los datos que obteníamos de las notas radiales de Julio Arrastía Brica, ese argentino que vino a una carrera y se quedó; del campeón Carlos Arturo Rueda C., tico que también vino e hizo lo mismo (para esa época no existía la campaña de Colombia es Pasión: El riesgo es quedarse y… se quedaron) eran otros tiempos, es más, sin TV en directo como lo es hoy.

Por esas cosas del destino, cierto día de hace unos diez años aproximadamente conocí en la Isla de Margarita a un amigo holandés súper aficionado al ciclismo que en sus mejores años llegó a ser una figura destacada en el ciclismo aficionado de su país, su nombre, Jaap Van Adelberg; cuando llegamos al tema de las nacionalidades y al yo decirle que era colombiano, me preguntó que de qué parte de Colombia era, y al mencionarle la palabra Quindío, se le iluminaron los ojos y comenzó a relatarme historias que conocía del famoso paso de La Línea y el respeto que hacia este tramo de la escarpada carretera entre Calarcá y Cajamarca tienen los ciclistas de todo el mundo.

Cada uno de nosotros dependiendo de su afición, conoce de los sitios que solemos llamar “catedrales” a nivel mundial; en mi caso, de las caminatas o trekkings, siempre uno se refiere a: El circuito de Annapurna en El Nepal, el sendero de los Apalaches en USA, El camino de Los Incas en Perú, el Camino de Santiago y, porque no, el Paso del Quindío en un futuro (Eso sí, con el mayor cuidado a nivel ecológico).

Entre hablar y escuchar relatos de Jaap, me comentó ese día que estaba pendiente de una invitación de unos ciclistas colombianos amigos suyos, entre ellos el monstruo de monstruos, el inolvidable Martín Emilio “Cochise” Rodriguez, para llevar a cabo una jornada de ciclismo recreativo por varios puntos de la geografía colombiana pero que en el programa no figuraba La Línea; “lástima, me comentó mi amigo Jaap, hubiese querido que incluyese este tramo, pero bueno, el programa ya está definido, es para dentro de dos meses y pienso ir”
A todas estas, analizando que su anhelado viaje era para las fechas de mis vacaciones anuales, no escatimé en cursarle una invitación para venir al Quindío a enfrentarse a esa montaña, cual escalador se enfrenta al Everest.

Llegó el día esperado y tan anhelado; el hombre, en sus 50´s, con un físico envidiable, salió muy de mañana, en su bicicleta de escalador y comenzó el ascenso a la montaña, recuerdo que me había pedido ver la posibilidad de conseguirle una persona que le pudiese acompañar en el ascenso, esta persona resulto ser mi amigo de las caminatas por la vida, Néstor Jaime Ocampo, quien resultó ser un gregario de primera línea.


Luego del ascenso, Jaap me comentó de lo atractivo que podría ser este ascenso enfocado a los ciclistas recreativos a nivel mundial, que suelen viajar por el mundo con sus bicicletas, buscando rutas para la práctica de un nicho de mercado de alta aceptación mundial: EL CICLISMO RECREATIVO

Ahí tenemos otra opción para explotar.


Hasta la próxima!
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